27 de marzo de 2014

Entrevista a Francisco Luis Jiménez Valverde

“Para mí ser Hombre de Trono significa compromiso con la imagen que estas llevando, con la gente que tienes alrededor, con la Historia y con Málaga”


Con las sensaciones aún duraderas de su pregón y con sus palabras aún rebotando en nuestras cabezas y en nuestros corazones me dirijo, escasos tres días después del pregón, a la céntrica Plaza de Mitjana, donde he quedado con nuestro pregonero de este 2014, Francisco Luis Jiménez Valverde. La sensación fue la misma que me dejó cuando lo saludé por primera vez: cercanía, amabilidad y sencillez; sencillez de un hombre que sabe ganarte desde el primer momento y que habla claro.

Es Paco una persona polifacética. Además del don de palabra que tiene, y que le permite ser pregonero de mil batallas, se le suma la de bordador (lleva casi 20 años bordando para el taller de su amigo Salvador Oliver), colabora habitualmente en los medios de comunicación, en programas de radio y prensa escrita donde ha publicado diversos artículos históricos y especializados, y es que además Paco es licenciado en Historia del arte, pero por encima de todo Paco es Hombre de Trono, cofrade, y buena gente.

Para este grupo de hermanos es un placer acercaros un poco más a uno de los nuestros, a la persona que este año ha pregonado nuestra salida y nuestro cartel. Con ustedes Francisco Luis Jiménez Valverde. 





-Ahora que han pasado unos días del pregón ¿Qué sabor te queda del momento vivido?
Me queda el sabor del compañerismo y de haber compartido con vosotros algo grande. Me sentí muy a gusto entre vosotros sobre todo porque compartimos un sentimiento, aunque los varales sean distintos…Trinidad, Esperanza… al fin y al cabo partimos de un mismo varal, tenemos los mismos sentimientos y el hecho de compartir con una gente que no era la mía las mismas sensaciones me hizo sentir muy feliz, muy contento y muy a gusto.

-¿Cómo afrontas un pregón cuando te lo encargan? ¿Sigues algún tipo de método o guión preestablecido?
Aunque no quiera, tengo mi metodología básica. Lo primero es que no acepto un pregón si no hay un vínculo especial con la cofradía o con la imagen, y después, empiezo a trabajar con antelación en el pregón aunque no lo escribo hasta última hora.

-¿Quien te encarga nuestro pregón? ¿Conocías a la Mesa de la Trinidad?
Yo tenía constancia de vuestros primeros pregones e incluso Víctor Carnero cuando dio el suyo me leyó antes su pregón, en el taller de Salvador Oliver, me pidió consejo, y yo ya sabía que más tarde o más temprano el pregón me lo iban a solicitar, y de hecho cuando me lo pidieron mi primer pensamiento fue el de decir que no, pero en el transcurso de la conversación me di cuenta que no podía negarme a vosotros para dar el pregón.

- ¿Qué sientes cuando te subes a un atril y te diriges a tantas miradas expectantes?
Nervios. Aunque la gente piense que tengo dominada la escena y crean que soy un profesional de los pregones siento nervios. He llegado a escuchar que encargarme un pregón a mí es ir sobre seguro, pero sigo sintiendo nervios, y los siento incluso para leer en la iglesia cualquier pasaje del evangelio, aunque todo pasa cuando subo al atril. Cuando subo al atril me transformo y ya me tranquilizo. Ahí es cuando suelto todo lo que llevo dentro.

-¿Cuál fue tu primer pregón?

Fue en el año 1990, fue un pregón de la juventud cofrade de la Agrupación de cofradías. Éramos un grupo de jóvenes cofrades que estábamos en la agrupación, con Paco Puente por ese entonces, y éramos el germen de juventud cofrade en la agrupación de cofradías. Paco Toledo quería mover de alguna manera la agrupación y di un pregón que hicimos en San Julián con una imagen particular de uno de nuestros amigos y un San Juan que trajimos de Vélez Málaga. Hicimos unos cultos y preparamos el pregón.



-¿Cómo se vive la Semana Santa con un micrófono a cuestas?
Diferente, porque vives la Semana Santa que retransmites y vives las emociones que retransmites. Es una Semana Santa muy distinta de la que yo vivía con mis amigos en la calle viendo lo que más me gustaba: las salidas, los encuentros, los encierros una buena curva…ahora voy donde me mandan por escaleta y cuando termino las retransmisiones voy a buscar lo que me gusta.

-¿Qué es lo mejor y lo peor de retransmitir Semana Santa?
Lo mejor es hacer llegar a la gente lo que tú sientes en ese momento. Hacer llegar a gente que no puede estar allí, o que está en otro punto de la ciudad, de forma eficaz lo que estás viendo y que lo sientan en su casa o en la calle teniendo una información veraz, necesaria y sentimental. Lo peor es la Semana Santa que te pierdes; la de estar con tu gente, con tus amigos, con tus compañeros de varal viendo alguna curva.

-Has tenido la oportunidad como periodista de entrar en varias mesas o submarinos a retransmitir “un tirón”, ¿Qué tratas de trasladarle a la audiencia en ese momento?
Intento que llegue la atmosfera especial que hay dentro de la mesa, lo que hay dentro  de ese espacio rectangular donde se vive una mezcla de silencio, euforia y calor humano; e intento que el sonido que le llega le transmita al oyente una serie de sensaciones que se viven ahí debajo: soledad, alegría compañerismo… en fin, esa atmosfera particular que se vive ahí abajo y que es tan difícil imaginar desde fuera.

-¿Hay alguna anécdota en especial que te guste recordar de esas veces que entras a retrasmitir desde debajo del trono?
Anécdotas tengo muchas; desde entrar y que me cojan la cabeza como si fuera un novato que va a golpearse con el varal hasta que me digan que no y después verme la cara y decirme “ah paquito no me había dado cuenta que eras tú. Pasa, pasa…” lo que sí hago siempre es pedir permiso aunque conozca a las personas que vayan debajo, porque entiendo que es un momento íntimo que no puede romperse de cualquier manera y con cualquier persona…Después tengo anécdotas graciosas como el decir “vamos a escuchar como crujen los varales” y en ese momento se baja el trono y cosas así.

-Recuerdo la primera vez que te vi. Era Lunes Santo de 2010 y yendo aún por calle Trinidad entraste a retransmitir un tirón. ¿Recuerdas aquél momento?

Sí, lo recuerdo porque yo ya tenía por aquel entonces amigos ahí debajo, gente que venía de la Esperanza, del Nazareno, amigos particulares que conocí en la Asociación Hombre de Trono y entre los tronos, porque al final la gente de los tronos nos conocemos, y cuando entre se me vino a la cabeza un pensamiento, y es que antes de retirarme como hombre de trono tengo la ilusión de sacar al Cautivo; por mi familia, por mi vinculación con la Trinidad, y porque mi primera mitad, que es la de mi padre, es toda trinitaria y cada vez que he retransmitido la Trinidad o me he metido a retransmitir un tirón es para mí especial, no es como otra hermandad cualquiera, porque me trae recuerdos de mi juventud y de mi niñez en el barrio. Para mí es muy emocionante.



-Hemos hablado de cómo te comportas bajo un varal cargando a la vez con un micrófono. Dejemos el micrófono guardado ahora. ¿Qué significa para Francisco Jiménez Valverde ser hombre de trono?
Ser Hombre de Trono tiene muchos calificativos y muchas realidades, tantas como Hombres de Trono hay. Para mí ser Hombre de Trono significa un compromiso con la imagen que estás llevando, porque si no hay devoción a la imagen que llevas ya puedes ser el mejor Hombre de Trono y levantar los kilos que quieras que no merece la pena meter el hombro. Después significa compromiso con la gente que tienes alrededor, es también un compromiso con la Historia y finalmente un compromiso con Málaga, porque estás continuando una tradición de siglos que se mantiene en ti y a la vez tú tienes la responsabilidad de hacer partícipe a los que vienen detrás para que esa tradición siga.

-¿Has tenido alguna mala experiencia alguna vez bajo un varal?
Recuerdo con Salutación, uno de los primeros años que salió que estuvimos nueve horas en la calle dando vueltas, y tantas vueltas dimos que acabamos en el punto de la salida de la procesión, pero aún quedaban tres horas más de recorrido y claro, verte tan cerca y volver a irte echó abajo el ánimo del Hombre de Trono. Por otra parte malas experiencias de cuando te da una “pájara” y te vienes abajo de una forma insospechada y quieres dar más pero el cuerpo no responde hasta que entra un aporte energético, ya sea agua o algo de azúcar, y te repones. Por otra parte situaciones de que un trono no haya ido como debía de ir y tú hayas estado luchando y trabajando y aún así solo se consigue que el trono vaya medianamente mal, ni siquiera medianamente bien, sino mal.

-¿Qué tienen los varales? ¿Por qué se han forjado tantísimas amistades bajo un varal?
Tiene algo que desgraciadamente no tiene la figura del nazareno, porque aunque la gente me conozca como Hombre de Trono yo soy defensor de la figura del nazareno, y es que el nazareno va en su penitencia,  en su mundo, y aunque el Hombre de Trono haya momentos en los que va así, forma además parte de un todo, y en ese todo entra la gente, los amigos… En los varales, se busca más la confrontación cara a cara, se hacen más reuniones, se comparte más, se vive más, se está más cerca, se comparte un esfuerzo y cuando tú ves que el compañero que está al lado está trabajando y sufriendo lo mismo que tú es cuando se produce la unión y se refleja a lo largo del año que es al final esa chispa que te hace volver, y aunque a veces maldigas el varal al final consigue atraerte y atraparte, y cuando el varal te atrapa ya no puedes escapar.  


-¿Hacia dónde crees que debe caminar la Semana Santa en el futuro?


Si me haces esta pregunta diez años atrás probablemente fuera contestado lo mismo. Creo que aunque hemos mejorado mucho, la Semana Santa debe caminar hacia una mayor seriedad, hacia una mayor responsabilidad, hacia un mayor compromiso…y por compromiso no me refiero a que tengamos que ser OONNGG. Una de las partes de las que se compone una cofradía es ser una ONG y darte a los demás, pero hay otra parte que no es esa función. En definitiva equilibrarnos en todos los sentidos y saber que formamos parte de algo grande de Málaga, que unifica a Málaga, y que es la tradición más continuada de Málaga en la Historia. Tenemos que abrirnos a la juventud, y mostrarnos tal como somos en la calle, porque ya lo ha dicho más de un pregonero: la Semana Santa es la vanguardia del catolicismo, y de la religión, porque al fin y al cabo atraemos nosotros a más gente que lo que desgraciadamente puede atraer la iglesia.




-¿Siguen los tangaos sin merecerse entrar por las puertas de los cielos?


Totalmente. Aunque en el cielo entre cualquier persona que sea buena, a los que no sepan lo que llevan, los que no metan el hombro por sus titulares, los que no se dejen la piel como lo hacen sus compañeros, los que no tengan responsabilidad, los que no sepan lo que llevan encima, los que no vayan con la tradición de sus padres y de sus abuelos y no trasmitan esa tradición a las generaciones venideras les está negada la puerta de los cielos. Al menos la puerta del cielo de los varales.




TEST COFRADE.

Un Cristo: Nazareno de Viñeros.
Una virgen: Tres: Patrocinio, Rocío y Esperanza.
Un trono: Esperanza.
Una hermandad: Esperanza.
Una calle de Málaga: Carreterías.
Un barrio: La Trinidad.
Una iglesia: Los Mártires.
Un aroma: El aroma a limpio de la ropa que tanto me recuerda a mí madre.
Un sabor: Vainilla.
¿Las procesiones de día o de noche?: Noche.
¿De ida o de vuelta?: Vuelta.
Una marcha: Coronación de la Esperanza.
El lugar perfecto para ver una procesión: Cualquier sitio que te emocione.
Tu día más especial de la semana de pasión: Domingo de Ramos.
¿Esperar a las cofradías en un punto o salir a buscarlas? Ir a buscarlas.
¿Que le falta a la Semana Santa de Málaga? Muchas cosas.
¿Qué le sobra? Más cosas de las que le faltan.
Si yo te digo barrio de la Trinidad tú me dices: Mi niñez.
¿Y si te digo Málaga?: Mi vida
¿A quien admira Francisco Luis Jiménez Valverde? A cualquiera que sea capaz de transmitir y emocionar.

Sin más, darle las gracias a Francisco Luis Jiménez Valverde, ya no solo por su magnífico pregón, sino por tener además la amabilidad de prestar su tiempo a esta agradable charla.

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¡¡¡Así se vive desde dentro!!!

Mª Stma. de la Trinidad, en su paso por las Tribuna de los Pobres.